1.959 –
Premio Nobel de la Paz de 1.992
Rigoberta Menchú Tum. Indígena maya quiché.
Nació en Chimel, una pequeña aldea de las montañas del Quiché guatemalteco.
Nieta de mayas, esposa de Ángel, madre de
Mash. A los 19 años comenzó a militar en el Comité de Unidad Campesina (CUC),
mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de "tierra
arrasada" contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición
armada.
Según sus testimonios, recientemente calificados de medias verdades por un investigador estadounidense, su hermano menor fue secuestrado y asesinado por el ejército, su padre quemado vivo junto con otros veintinueve ocupantes de la embajada de España y, pocos meses después, su madre también moría torturada.
Según sus testimonios, recientemente calificados de medias verdades por un investigador estadounidense, su hermano menor fue secuestrado y asesinado por el ejército, su padre quemado vivo junto con otros veintinueve ocupantes de la embajada de España y, pocos meses después, su madre también moría torturada.
Rigoberta salió del país y se refugió en
México a los 21 años, donde fue acogida en Chiapas por el obispo Samuel Ruiz
García. Al año siguiente volvió a Guatemala pero muy pronto tuvo que refugiarse
en Nicaragua y luego otra vez en México.
Desde allí inició una serie de viajes cuyo
epicentro fue Ginebra, donde participaba en el grupo de trabajo de la ONU sobre
poblaciones indígenas.
En 1988 regresó otra vez a su país; fue
encarcelada inmediatamente y se vio obligada a partir de nuevo al exilio.
Participó en la organización de los encuentros indígenas previos a la
conmemoración del quinto centenario de la llegada de los colonizadores
españoles a América.
En 1992 fue galardonada con el Premio Nobel
de la Paz y actualmente se dedica a actividades en favor de los derechos
humanos.
Su hermana Anita cuenta que Rigoberta es una
persona que estuvo privada de todo durante su niñez y su juventud, entonces
cualquier cosa la sorprende. "Si le regalan una camisa, le parece
sensacional, se maravilla ante todo lo que uno le dé, se maravilla ante el agua
que corre por las calles, ante la técnica hoy en día, es su capacidad de
maravillarse con todo lo que existe en el mundo y su deseo de aprovechar lo que
nunca tuvo, de poder vivir lo que nunca pudo, lo que nunca le dejaron vivir",
finaliza su hermana menor.
Por su parte, los niños dicen que Rigoberta
juega con ellos y les cuenta historias. Además, es una muy buena cocinera.
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