jueves, 24 de mayo de 2012

ROSARIO PINO


1.870 – 1.933


Actriz.





Nacida en Málaga, España.

Formada en la Escuela de José Ruiz Borrero, debutó con en Barcelona bajo las órdenes del director de escena Isidoro Valero. Recorrió los teatros catalanes con la Compañía de Grifell, y desde 1888 con las de María Tubau y Ricardo Guerra.
Representó una nueva manera de interpretar que coincide con la llegada d Entre 1893 y 1896 actúa de forma asidua en el Teatro Lara de Madrid - donde representa Sobre gustos no hay nada escrito -, al que seguiría el Teatro de la Comedia. En 1906 fundaba su propia compañía junto a Enrique Borrás y luego con Emilio Thuillier.


Fue durante muchos años la primera figura de la alta comedia moderna. Hizo brillantes temporadas en América, especialmente en Buenos Aires. Terminó formando su propia compañía junto a Enrique Borrás y luego con Emilio Thuillier.

Su maravillosa interpretación destaca en: El marido de la Téllez, Rosas de otoño, Malvaloca, El nido ajeno, La ley de los hijos, etc.
Destacó sobre todo por sus interpretaciones de las obras de Jacinto Benavente y de los hermanos Álvarez Quintero. Entre sus obras más significativas figuran Las flores, Los Galeotes, El marido de la Téllez, Rosas de otoño, La losa de los sueños (1911), El genio alegre (1914), Malvaloca, El ruido ajeno Amor y ciencia (1905) y La ley de los hijos.
Coetánea de María Guerrero, entre las dos actrices se desarrolló una fuerte rivalidad.




CATALINA DE ERAUSO


1.581 –1.650


Monja alférez.


Nacida en San Sebastián, Guipúzcoa, España.

Sus padres Miguel de Erauso y María Pérez de Gallárraga y Arce, la habían entregado a un convento dominico de su ciudad natal a los 4 años de edad, donde permaneció hasta que tenía 15, y ya era novicia.

 Pero lo que debió de ser una historia de sometimiento se convirtió en la apasionante vida de una mujer que escapó de su destino para lanzarse a la aventura. Así pues, un día, después de pelear con una monja, escapó a la calle que nunca había pisado y, tras cortarse el pelo, comenzó una nueva vida.

Vestida de varón recorrió el país, hizo los oficios de paje y, finalmente, logró llegar a San Lúcar de Barrameda, Cadiz, embarcándose como grumete hacia América. Cuando llegó a América. Le robó dinero al capitán, que era su tío, y logró acomodarse en Lima, con un mercader. Pero su ánimo pendenciero la llevó a la cárcel, y sus lindezas, a que la dama de su amo se enamore de ella. De Perú pasó a Chile donde sentó plaza como soldado. Y en Chile tuvo Catalina un extraño encuentro: allí conoció a su hermano Miguel, a quien no revela el vínculo que los une, y con quien convive durante tres años. Ya como alférez batallará contra los nativos, dando muestras de crueldad y de valentía. Y allí también, en una reyerta, vio morir a su hermano.

En Tucután volvió a seducir a una muchacha, que deseaba casarse con ella y, aunque huyó, las propuestas de boda no le faltaron en adelante. Viajó y luchó como un soldado y, así recorrió toda América, peleando y matando hasta que un día, en Huamanga, en 1623 Catalina confesó su verdadera identidad al obispo Agustín de Carvajal.

Reconocida por dos matronas, la monja alférez, otra vez con el hábito, fue recibida por las monjas de Santa Clara y permaneció bajo la protección del obispo. Por entonces era famosa y todos querían verla. Dos años y cinco meses después salió del convento y se puso de camino hacia España y, vestida nuevamente de varón, llegó a Sevilla, en donde todos acudieron a verla. Pero nada detuvo el camino de Catalina: de Madrid pasó a Pamplona, de Pamplona a Francia, y de allí a Italia.

En Roma, se entrevistó con el Papa Urbano VIII, que le permitió seguir utilizando su atuendo de varón. El rey le dio el título de alférez, llamándola doña Catalina de Erauso. Dedicada al comercio, bajo el nombre de Antonio de Erauso.
Este período de tranquilidad pronto terminó. En 1.630 regresó a América, camino de Veracruz, enfermó y vivió en  Guitlaxtla, un pueblo cercano a la ciudad de Puebla, México, hasta su muerte. Siendo mujer, logró una libertad impensable para su época.




sábado, 12 de mayo de 2012

TEODORA DE BIZANCIO


502 – 548

Emperatriz.


Era la hija de un cirquero llamado Acacio que poseía varios osos amaestrados, y no se sabe exactamente si Teodora nació en la isla de Creta o en Siria. Acacio trabajaba en el hipódromo de Constantinopla, donde era maromera y mimo. Dado que la profesión no era muy bien vista para las mujeres, Teodora desde muy pequeña comenzó también a ejercer el oficio más viejo del mundo para complementar los ingresos.

Se cree que Teodora perdió su virginidad con un comediante llamado Filippo mientras esperaban tras bambalinas su entrada al escenario. Entre los actos de Teodora estaba montar semidesnuda encima de briosos corceles, y en varias ocasiones le ponían gansos salvajes a recoger frutas y granos sostenidos por la muchacha en su entrepierna. Teodora parecía no conocer el miedo, y esa característica habría de servirle de mucho en el futuro.
A los 16 años, Teodora se fugó del circo con un oficial. Ecebolo, su amante, la conservó a su lado durante 4 años pero luego abandonó en Egipto. Al parecer el oficial tenía serias dudas en cuanto a la paternidad del hijo que esperaba Teodora.

Desengañada y triste, optó por refugiarse en la luminosa Alejandría, lugar en el que conoció a Severo, líder de la secta cristiana de los monofisos, quienes creen que Jesús no fue mitad divino y mitad humano, sino que le adjudican a Cristo características completamente divinas.
Convencida sobre esta doctrina, regresó a Constantinopla para trabajar como hilandera en un taller cercano al palacio donde moraba Justiniano, sobrino del emperador Justino y heredero del trono bizantino.

La casualidad quiso que una antigua amiga suya amante del general Belisario (hombre de confianza del futuro dignatario), la pusiera en contacto con las elites aristócratas. En esos ambientes conoció a Justiniano, que quedó prendado por su belleza e inteligencia. De inmediato se convirtieron en amantes y, a pesar de que existía una ley que prohibía que la realeza y los nobles se casaran con prostitutas, sirvientas o mujeres de orígenes dudosos. Tras haberseles negado en tres ocasiones el derecho a casarse, sobre todo por intrigas de la tía de Justiniano, la emperatriz Lupino, por fin pudieron contraer nupcias.
Tras la muerte del emperador Justino, su pariente accedió al trono y con él su flamante esposa, de 27 años de edad.

Una vez que se vio convertida en consorte del monarca, Teodora tomó cartas en distintos asuntos concernientes a mejorar la calidad de vida de las mujeres del imperio bizantino, influyendo en su esposo Justiniano para que codificara el derecho romano en el "Corpus Juris Civilis". Inspiradas por ella aparecieron leyes que defendían la igualdad de la mujer, el derecho al divorcio, la prohibición de castigos por adulterio, el reconocimiento hacia los hijos bastardos y la defensa de sus derechos de herencia, la imposición de penas para los violadores, la posibilidad de abortar y la prohibición de la prostitución forzosa. Además, se encargó de crear planes de rescate para jóvenes que habían sido prostitutas, rehabilitándolas para otros oficios. También promulgó leyes que permitieran que las mujeres pudieran ser propietarias y heredar sumas de dinero o propiedades y además mejoró el sistema de atención a la salud femenina

Justiniano atendía a los consejos sabios de su mujer, y pronto prefirió escoger asesores de origen humilde, prefiriéndoles por encima de corruptos nobles. El rebelde Procopio concibió un odio visceral en contra de Teodora, acusándole de adúltera y de manejarlo a Justiniano como títere. Además, afirmaba que subyugaba a su pelele marido recurriendo a toda suerte de malos trucos aprendidos en su oficio de meretriz.

Había sido coronada junto a su marido un 4 de abril del año 527 y gozaba al máximo de su poder. Es por eso que cuando se dio la revuelta de Nika, mostró de qué acero estaba hecha. Dos grupos políticos, rivales entre sí, comenzaron un alboroto en el hipódromo. Luego prendieron fuego a varios edificios gubernamentales y proclamaron a un nuevo emperador. Justiniano y sus oficiales no pudieron controlar a la muchedumbre, cuando Teodora se armó de valor, lanzó un discurso de la importancia de un hombre que moría como líder por encima de la de otros que vivían como cobardes, y la gente se conmovió. Justiniano dejó de actuar como eunuco y se lanzó a atacar a los rebeldes con sus huestes. Unos 30 mil rebeldes murieron en el Hipódromo, emergiendo Justiniano como victorioso en gran parte por la valentía y el coraje de su hermosísima esposa.

Teodora impulsó el embellecimiento de la ciudad de Constantinopla, erigiendo puentes y acueductos además de 25 iglesias, entre ellas la de Santa Sofía,  además protegió a los miembros de la secta monofisita, llegando a instalar como patriarca de Constantinopla a un prelado de esa secta. Fue una genuina reformista social y una verdadera mecenas del arte.
En 548 se le manifestó un incontenible cáncer de pecho que en pocos meses le arrebató la vida, tenía poco más de 40 años Su cuerpo fue enterrado en la Iglesia del Santo Apóstol, uno de los templos más espléndidos que ella y Justiniano habían mandado a construir.

miércoles, 2 de mayo de 2012

MARGARET MEAD


1.901 - 1.978

Antropóloga.



Nació en Philadelphia, EE.UU.

Su padre era profesor de Economía en la Wharton School. Se doctoró en antropología en 1.929, en la Universidad de Columbia, donde fue discípula de Franz Boas y Ruth Benedict. Allí trabajó, desde 1.954, como profesora adjunta de antropología.

Fue la primera antropóloga en estudiar las educación y crianza de niños en las distintas culturas. Sus trabajos sobre teoría de la enseñanza, son actualmente una referencia básica. De hecho, se puede decir que a partir de Mead se despertó el interés en el estudio de la infancia y la mujer dentro de la disciplina antropológica.

En 1.925 realizó su primer trabajo de campo en Samoa, pese a la oposición de Boas, centrándose en el estudio de las chicas adolescentes, y en 1.929 viajó, acompañado de su esposo, Reo Fortune, a las islas Manus, de Nueva Guinea, donde investigó sobre las historias, cuentos y relatos utilizados por adultos para la educación y socialización de los niños.
La experiencia de Samoa, plasmada en su libro Coming of Age in Samoa, fue ampliamente conocida, y el trabajo pronto se convirtió en un best seller, traducido a varios idiomas. Esta obra presentó al público por primera vez la idea de que el carácter que el individuo adquiere a lo largo de los estados de crecimiento y socialización acaba siendo definido de acuerdo con las necesidades específicas de cada cultura. De esta forma, el carácter del adolescente, ya sea agresivo, pacífico, introvertido, etc, puede estar definido y ser característico en función del entorno donde se ha criado.

Su trabajo de campo en Guinea, sirvió entre otros aspectos para demostrar que los roles de género difieren de una sociedad a otra. Posteriormente, en Bali, junto con Gregory Bateson, su tercer marido, exploró nuevas formas para documentar el paso de la niñez a la etapa adulta, y la forma en la que la sociedad plasma este tránsito a través de símbolos.

Uno de sus rasgos más importantes en Mead es su concepción holística de la cultura. Esto se expresa a través de la interconexión y relación de todos los diferentes aspectos de la vida humana. Por ejemplo, la forma de obtención de alimentos no puede ser comprendida sin el estudio del ritual y las creencias, o las dinámicas políticas no pueden ser separadas de la educación o del arte. Fue dicha visión holística lo que le convirtió a lo largo de su vida en una especialista en todo tipo de aspectos culturales.

Retomando la herencia de relativismo cultural que ya apareciera en Boas,  enfatizó siempre la gran posibilidad de aprendizaje que se podía obtener a través del estudio de otras sociedades. De hecho, definía la diversidad cultural como un recurso, y nunca como un inconveniente. Fue ese interés por aprender de otros lo que le hizo ganarse el cariño y el respeto del que gozó siempre entre el público general.

Justo antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, que le obligó a suspender su investigación el el Pacífico Sur, fundó junto con Benedict el Institute for Intercultural Studies, en 1.944. El impacto y consecuencias de la guerra definió a Mead como una personalidad defensora de la idea de la superación y posibilidad humana para el cambio, frente a un pensamiento intelectual generalizado mucho más pesimista acerca de esta concepción. Consideraba que los patrones de racismo, belicismo y explotación ambiental eran costumbres adquiridas, y que la sociedad humana era capaz de modificar dichos esquemas para construir nuevos principios sociales totalmente distintos.

Mead fue profesora de varias instituciones, y destaca especialmente su carrera en el American Museum of Natural History, en Nueva York. Fue objeto de múltiples honores y homenajes, siendo presidenta de honor de varias asociaciones e instituciones, entre las que destacan the American Anthropological Association y the American Association for the Advancement of Science.

Murió en 1978, dejando un voluminoso legado de libros, escritos y trabajos, correspondiente a una prolífica autora, así como a una admirable personalidad.ç

Principales libros de Margaret Mead: Coming of Age in Samoa (1928), Growing Up in New Guinea (1930), The Changing Culture of an Indian Tribe (1932), Sex and Temperament in Three Primitive Societies (1935), Male and Female (1949), New Lives for Old: Cultural Transformation in Manus, 1928-1953 (1956), People and Places (1959), Continuities in Cultural Evolution (1964), Culture and Commitment (1970), Blackberry Winter (1972)
Editora de: Cultural Patterns and Technical Change (1953) y de los escritos de Ruth Benedict bajo el título de An Anthropologist at Work (1959).


PETRONILA RAMIREZ, REINA DE ARAGÓN


1.136 – 1.173

Reina de Aragón, condesa de Barcelona.



 Nació en Huesca, España.

 Fue hija de Ramiro II, el cual fue elegido por el pueblo aragonés como rey, cuando era monje del monasterio de Sant Pons de Thomieres, y de Inés de Poitou.

Obtuvieron los aragoneses del Papa Inocencio II la doble dispensa de la profesión monástica y del sacerdocio, y él no tuvo reparo en prestarse a añadir el sacramento del matrimonio, casándose después de llevar 40 años de hábito con Inés, hija de los condes de Poitiers y hermana del duque de Aquitania, en Jaca, Huesca, el 13 de noviembre de 1.135.

Una vez nacida Petronila de este enlace, el 11 de agosto de 1.136, Ramiro II, el Monge, reunió a las Cortes en Huesca y anunció su intención de volver a la vida religiosa, puesto que tenía ya una hija en quién recayese la sucesión del reino.

La infanta Petronila fue encomendada al rey de Castilla, Alfonso VII, el cual pretendió casarla con su hijo Sancho. Pero la nobleza aragonesa y Guillermo Ramón de Montcada, senecal de Cataluña, aconsejaron su matrimonio con Ramón Berenguer IV, que era desde 1.131, en que sucedió a su padre, conde de Barcelona, Gerona, Ausona, Besalú y Cerdeña. Se aseguraba así la independencia de Aragón y se solventaba el pleito con la Santa Sede, planteado por el incumplimiento del testamento de Alfonso I de Aragón, que dejaba su reino a las órdenes militares, ya que el catalán era templario.

Hallándose Ramiro en Barbastro el 11 de agosto de 1.137, se firmaron las capitulaciones matrimoniales, en las que se pactaba un casamiento en casa y se regulaba el uso de la potestad regia. Entregando el rey así a su hija Petronila como esposa al conde Ramón Beranguer IV.

Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, pasó a tomar el título de príncipe de Aragón, mientras Petronila, aunque no gobernase porque era una niña, pasó a tomar el título de reina de Aragón. de ese modo tuvo lugar la unión de Aragón y Cataluña y, prevaleció aquel nombre por la mayor categoría del reino sobre el condado. Quedó así establecida la Corona de Aragón.

Aportaciones territoriales de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV de Barcelona, según datos de Agustín Ubieto (Cómo se formó Aragón, Institución Fernando el Católico, libros en red). Pallars, Urgel, Rosellón y Ampurias tenían sus propios condes y no eran patrimonio de la Casa de Barcelona
Esta aportó al futuro matrimonio la casa formada por todos los reinos de Aragón: Sobrarbe, Ribagorza y Monzón, tierras de Huesca, el reino de zaragozano, valle de Arán y sus derechos a los condados de Payas, para que el conde los gobernara y administrara bajo el señorío de su mujer.

Se acordó que el hijo del matrimonio heredaría el reino de Aragón; en caso de morir Petronila antes de tener un hijo, el reino pasaría a su marido quién accedería, tras la muerte de Ramiro II, al dominio pleno del reino, pudiendo trasmitirlo en herencia a hijos que tuviera con consortes posteriores.

El matrimonio entre Pedronila y Ramón Berenguer IV se celebró en Lérida en 1.150, El futuro rey Alfonso II nació en 1.157. Petronila se consagró exclusivamente a la educación de sus hijos hasta la muerte de su esposo en 1.162, y en 1.1.63 renunció a sus estados en Aragón a favor de su hijo primogénito Ramón, que tomó el nombre de Alfonso II, en recuerdo de su tío el Batallador, y en 1.164, hizo donación de todo el reino de Aragón, con las ciudades, villas y castillos, iglesias y monasterios y todo lo perteneciente a la Corona, al infante Alfonso, su hijo, que ya tenía 12 años, acto que la aristocracia aragonesa aprovechó para presentarla como verdadera poseedora del trono.

Tuvieron 6 hijos:

  1. Alfonso II El Casto, Rey de Aragón y Conde de Barcelona.
  2. Sancho de Provenza, Conde de Provenza, casado con Sancha Núñez de Lara.
  3. Pedro m. niño.
  4. Leonor.
  5. Ramón Berenger IV de Provenza, Conde de Provenza. Murió asesinado en 1181 cerca de Montpellier.
  6. Dulcia de Barcelona, n. 1160, casada con Sancho I de Portugal.

Una vez cumplidos sus deberes de reina y de madre, se quedó en Cataluña, en el condado de Besalú en Barcelona, donde murió el 13 de octubre de 1.173 a los 38 años.
Firma de Petronila














Cristy